Origen de la calefacción

El origen de la calefacción (II)

Como ya hablamos en nuestra anterior entrega, todo tiene un origen y la calefacción no iba a ser menos...

Como ya hablamos en nuestra anterior entrega, todo tiene un origen y la calefacción no iba a ser menos.

Pese a los avances después de los inicios con fuego, no hace tanto tiempo que las zonas más rurales recurrían a los remedios mas ingeniosos y sostenibles para conseguir mantener el calor en sus hogares.

Se trataba de maximizar el calor del sol en invierno y conservar al máximo su aportación calorífica. Y es que, en este aspecto, las gruesas paredes de piedra típicas de muchas casas rurales ofrecen una inercia térmica que permite conservar el calor en invierno de forma sorprendentemente eficaz.

En el salón, se recurría a grandes chimeneas de ladrillo o adobe capaces de retener el calor durante largos periodos de tiempo y situadas en los puntos en los que se realizaba más vida familiar.

Otra fuente de calor muy común era beneficiarse del calor que los animales de ganado generaban, por lo que estos se ubicaban debajo o a los lados de los dormitorios.

La estufa de leña, así como la calefacción central y radiante serán nuestros próximos pasos en este breve repaso a los orígenes de la calefacción.

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